LA FIESTA DE LA CRUZ Y EL TINKU EN MACHA  

Texto y fotos: Marco Antonio Flores Peca (*)

En tiempos pre-coloniales, el norte del departamento de Potosí y otras regiones enclavadas entre la puna y las cabeceras de valle comprendían los territorios pertenecientes a la gran confederación Charkas – Qhara qhara,  que según el Memorial  Charcas estaba compuesto por las siguientes siete naciones: Los Charkas, los Qhara Qharas, los Soras, los Quillacas, los Carangas, los Chuis y los Chichas. Estas naciones tenían una estructura dual tipo ayllu, liderada por los Charkas que eran Hanansayas (mitad superior) y los Qhara qharas que eran Urinsayas (mitad inferior). Según Tristan Platt (2006), la unión de estas naciones facilitaba su colaboración mutua para hacer frente a las constantes guerras en las que se encontraban inmersos y al contar cada nación, con un vasto ejército de guerreros perfectamente adiestrados para los enfrentamientos bélicos. Estas naciones, llegaron a constituirse en la fuerza de ataque más letal y la elite guerrera del conjunto de los señoríos aymaras.

A mediados del siglo XV, los guerreros Charkas – Qhara Qharas son incorporados al gran ejército de los señores Incas coadyuvando en sus campañas de expansión y conquista. Además, de que los mejores soldados llegaban a formar parte de la escolta personal de los reyes Incas. 

Durante la época colonial, Macha capital hanansaya de la nación Qhara Qhara se convierte en un centro de reducción católica y de recolección de mano de obra para los forzados trabajos en las minas de Potosí. Fue precisamente en el año de 1770 que el curaca Tomás Katary natural de San pedro de Macha, quien decide reivindicar la naturaleza guerrera de estos ayllus, haciendo frente a los españoles en contra de los abusos cometidos en la Mita y las Encomiendas, marcando un hito en las sublevaciones independentistas.  

LA PELEA RITUAL DEL TINKU

Es muy probable que el Tinku haya tenido su origen en los juegos rituales o las peleas de entrenamiento, que buscaban preparar a los jóvenes soldados para las guerras, como lo indica el Padre Ludovico Bertonio en su vocabulario de la lengua Aymara (1612), donde el vocablo Tinkuña es entendido como: “Encontrarse los ejércitos o bandos contrarios en la guerra o en los juegos, venir a la batalla; comenzar la pelea y cosas semejantes.” Con el paso del tiempo, el Tinku llega a adquirir un significado mucho más complejo, siendo practicado en la actualidad por varios motivos como ser: a) En conmemoración a la Cruz Andina  o Chakana que el 3 de mayo se alinea en posición cenital formando una cruz perfecta en el cielo, marcando la culminación de la temporada de cosecha y el inicio del tiempo de secas. b) Es un Ayni (reciprocidad) con la Pachamama, pues la sangre derramada y hasta las vidas que se pierden en las peleas rituales sirven para agradecer a la Pachamama  por la cosecha recibida. c) Es el escenario de un encuentro amoroso, entre  los Huaynuchos (Jóvenes solteros) y las Imilla Wawas (Señoritas solteras). Los primeros, demuestran su valor y vitalidad, mientras que las mujeres hacen gala de sus mejores prendas de vestir, elaboradas por sus propias manos. d) Es un catalizador que sirve para solucionar los problemas que continuamente se generan entre las comunidades. e) Sirve para afianzar la identidad con en ayllu, así la gente que participa en el Tinku demuestra su compromiso y reafirmación cultural con su comunidad.   

LA FIESTA DE LA CRUZ

Entre los días y aspectos más relevantes de la Fiesta de la Cruz se tienen los siguientes:

El 2 de mayo, los Alférez (pareja de pasantes) y Mayuras (autoridades de la fiesta), ultiman detalles para brindar un buen servicio a sus invitados. En la noche, la gente se congrega en el Calvario donde se realizan las veladas al Tata Wila Cruz, que es una simbiosis entre la Chakana y la Cruz Católica, pues se trata de una cruz de madera ataviada con el poncho, las chalinas y la montera del Tinku, pero que lleva en la parte central el rostro sangrante de Jesucristo.

El 3 de mayo, al son de la música de los Jula Julas y los Samba Charangos afinados en temple cruz, se realizan diversas ofrendas y libaciones al Tata Wila Cruz, que luego es trasladado a la casa de los Alférez. En este lugar los pasantes invitan a los presentes hojas de coca, chicha de maíz y la  tradicional K’anka (Carne cocida acompañada con mote, papa y chuño). A los Pies del Tata Wila Cruz se disponen productos agrícolas, papas, maíz, etc.    

El 4 de mayo, desde tempranas horas las comunidades realizan su ruidoso ingreso a la plaza de Macha (plaza T’alla), dirigiéndose primeramente a la Torre de la iglesia o Torre Mallku donde realizan sus ch’allas. Al concluir la misa en la modesta iglesia, las comunidades empiezan a dar vueltas por la plaza, deteniéndose en cada esquina para formar un circulo en el que al son de los Charangos y las Jula Julas entonan las tonadas típicas del norte Potosí, además de ejecutar los zapateos y los briosos saltos. Más adelante se inician las peleas rituales, en las que dos personas en igualdad de condiciones se enfrascan en feroz pelea, teniendo los nudillos envueltos con Ñuqus, cintas de grueso tejido o cuero de vaca, para causar el mayor daño posible al momento de propinar el   “Warakaso” o golpe fulminante que involucra la fuerza de todo el cuerpo en un solo movimiento. Es común que estas peleas concluyan con un abrazo fraterno entre los dos valerosos combatientes.

Cuando las peleas suben de intensidad y desembocan en las Chajwas (pelea sin control entre comunidades), los Mayuras tratan de apaciguar los ánimos utilizando los trenzados de cuero de vaca, mientras los policías recurren al uso de gases lacrimógenos para evitar alguna fatalidad.

El 5 de Mayo,  en los rostros golpeados y las manchas de sangre derramada en el piso, se puede evidenciar la ferocidad de las peleas del día anterior, teniendo que lamentarse el deceso de una o varias personas a consecuencia de las golpizas. Este día, aún se pueden apreciar algunas peleas, sin embargo ya por la tarde la gran mayoría de hombres y mujeres exhaustos emprenden el retorno a sus comunidades donde continuaran con las celebraciones destinadas a la fiesta del 3 de mayo.

(*) Marco Antonio Flores Peca es socio de número de la Sociedad de Investigación Histórica de Potosí (SIHP).

Nota de Apoyo:

Bibliografía

Bertonio, Ludobico (2011). Transcripción del Vocabulario de la lengua Aymara de 1612. La Paz, Bolivia: Instituto de Lenguas y Literaturas Andinas-Amazónicas.

Disponible en:

httpwww.illa-a.orgcddiccionariosLudovicoBertonioMuchosCambios.pdf

Flores, P., Marco A. (2018). Memorias Culturales de la Villa Imperial de Potosí. Potosí-Bolivia: Gobierno Autónomo Municipal de Potosí. 

Platt, T., Bouysse – Cassagne, T., y Harris, O. (2006). Qaraqara – Charka, Mallku,

                Inka y Rey en la provincia de Charcas (siglos XV-XVII). La Paz, Bolivia:IFEA,

                Plural Editores, FBCB, University of St. Andrews.

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